- María López Fernández
- algoritmos en empresas, automatización laboral, futuro del empleo, inteligencia artificial en el trabajo, tareas delegadas a IA
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Introducción
La transformación digital y la adopción de la inteligencia artificial (IA) ya no son promesas del futuro, sino realidades del presente en el ámbito laboral. Cada vez más empresas deciden delegar al menos parte de sus procesos a algoritmos capaces de ejecutar tareas que antes hacían personas. ¿Qué tipo de tareas están siendo transferidas? ¿Cuáles permanecen en manos humanas? ¿Qué significa esto para los profesionales, las organizaciones y la sociedad?
En este artículo exploramos cómo la IA está asumiendo labores en el entorno del trabajo, por qué lo hace, hacia dónde va esta tendencia y qué desafíos trae consigo. Este análisis está dirigido a responsables de empresa, profesionales, consultores de transformación digital y todo aquel interesado en el impacto de la IA en los procesos laborales.
Contexto histórico: de la automatización a la IA
Automatización tradicional
Durante décadas, el mundo empresarial usó automatización mediante reglas fijas (macros, scripts, robots industriales) para reemplazar labores mecánicas o repetitivas. Estas tecnologías liberaban a personas de trabajos monótonos, pero requerían programación explícita y apenas “inteligencia”.
Evolución hacia la IA
Con el auge del machine learning, del procesamiento de lenguaje natural (PLN) y de los modelos de aprendizaje profundo, surgió la posibilidad de que la máquina no solo ejecutara instrucciones predefinidas, sino que aprendiera de datos, detectara patrones y tomara decisiones autónomas o semiautónomas. Esto abrió la puerta a que la IA pueda asumir tareas más complejas, de análisis, predicción o interacción.
Cambio de paradigma: tareas cognitivas y de gestión
La transición va más allá de “automatizar” tareas manuales: ahora hablamos de algoritmos que pueden gestionar agendas, enviar correos, filtrar currículos, predecir resultados de negocio, etc. Según la International Labour Organization (OIT), la IA en el lugar de trabajo se aplica principalmente para automatizar tareas que realizan los trabajadores y para gestionar funciones administrativas o de personas.
Hitos recientes
- Herramientas generativas como ChatGPT, modelos de visión y voz, agentes inteligentes de flujo de trabajo, etc., han permitido que la IA actúe de forma más autónoma dentro de las empresas.
- Un número creciente de organizaciones reporta que más del 70 % de sus directivos ve en la IA una forma de “liberar” a los empleados de tareas repetitivas.
- Estudios apuntan a que hasta un tercio de los empleos podrían verse transformados por la IA en los próximos años.
Este contexto prepara el terreno para entender qué se está delegando a los algoritmos y por qué.
Análisis experto: tareas que está asumiendo la IA
A continuación, se identifican las grandes categorías de tareas que las empresas están delegando a la IA, con ejemplos concretos, impacto actual y proyección futura.
1. Tareas rutinarias y de datos
Estas son las más fáciles de automatizar (o al menos parcial), porque siguen patrones predecibles, requieren poca interpretación humana o implican grandes volúmenes de datos.
- Entrada de datos, procesamiento de formularios: la IA puede recibir datos, limpiarlos, registrarlos en sistemas, mucho más rápido que manualmente.
- Generación de informes básicos, correos electrónicos pre‑estructurados, calendarios: se liberan horas de trabajo manual. Por ejemplo: “entrar datos en hojas de horas, gestión del calendario” se puede automatizar.
- Clasificación de información y etiquetado: en marketing, atención al cliente, auditoría, etc., los algoritmos ya están identificando etiquetas, categorías, estados.
- Conciliaciones y tareas contables repetitivas: en auditoría contable, la IA permite revisar grandes volúmenes de transacciones, detectar anomalías, liberar al auditor humano para análisis estratégico.
Impacto actual/futuro
- A corto plazo, reduce el “trabajo tedioso” y operativo, liberando recursos humanos para tareas más valiosas.
- A mediano plazo, plantea que los puestos con alta proporción de tareas rutinarias pueden ver reducción o transformación, más que desaparición completa.
- Como reto, la IA necesita datos de calidad, mantenimiento y suele requerir supervisión humana para los casos atípicos.
2. Tareas analíticas, de predicción y soporte a decisiones
Una evolución de la automatización es que la IA no solo “hace” tareas mecánicas, sino que analiza datos y formula insights o recomendaciones.
- La IA puede identificar patrones en grandes volúmenes de datos, por ejemplo para marketing, finanzas, mantenimiento predictivo.
- En atención al cliente, puede pre‑decir cuándo un cliente va a abandonar, sugerir el siguiente mejor paso, etc.
- En gestión de proyectos, la IA puede sugerir reasignaciones, prever sobrecargas, optimizar recursos.
- En recursos humanos y gestión de personas, los algoritmos ya participan en selección, contratación, gestión del desempeño. Según una guía española sobre algoritmos en el ámbito laboral: se automatizan decisiones como asignación de tareas, fijación de horarios, control de productividad, promociones.

Impacto
- Mejora la velocidad y precisión de la toma de decisiones basada en datos.
- Permite que las empresas sean más proactivas y no solo reactivas.
- Sin embargo, cambia el rol humano: del ejecutor al supervisor o interpretador de resultados de IA.
- Riesgo: delegar demasiado sin supervisión puede llevar a errores, sesgos o decisiones sin contexto humano.
3. Tareas de interacción, comunicación y servicio
La IA está asumiendo funciones más visibles en la interfaz con humanos: chatbots, asistentes virtuales, análisis de lenguaje, etc.
- Atención al cliente mediante chatbots que responden consultas frecuentes, filtran solicitudes y solo remiten al humano lo que es complejo.
- Automatización de respuestas de correo electrónico, generación de borradores, e incluso traducción automática.
- En marketing: personalización de campañas, segmentación automática, generación de contenido (o borradores) mediante IA generativa.
- En selección de personal: entrevistas automatizadas, análisis de video o voz para pre‑filtro de candidatos (ya con controversias).

Impacto
- Mejora la disponibilidad 24/7, reduce los tiempos de respuesta, optimiza costo de servicio.
- Plantea desafíos de calidad de interacción, experiencia de usuario y supervisión humana.
- Cambia el perfil de roles de “atención al cliente”: de contestar preguntas a gestionar excepciones, casos complejos y relaciones.
4. Supervisión, mantenimiento y optimización de sistemas
Aunque menos visible, la IA también está siendo delegada para monitorear otros sistemas, optimizar flujos, generar alertas automáticas.
- En infraestructura TI / nube: los algoritmos supervisan rendimiento, hacen ajustes automáticos, predicen falla. Esto ya se ve en investigaciones de scheduling automatizado.
- En manufactura: mantenimiento predictivo, inspección visual automatizada, robotización combinada con IA.
- En logística: optimización de rutas, gestión de inventario, predicción de demanda.
- En marketing y ventas: test A/B automatizados, optimización de anuncios, recomendaciones en tiempo real.
Impacto
- Permite eficiencia operativa global, menos errores, mayor escalabilidad.
- Reduce la intervención humana en la “gestión de rutina de sistemas”, pero incrementa la necesidad de roles que diseñen, supervisen y mantengan estos sistemas.
- Las organizaciones que no inviertan en esta área pueden quedar rezagadas competitivamente.
Oportunidades, riesgos y escenarios posibles
Oportunidades
- Aumento de productividad: liberación de horas hombre de tareas repetitivas → empleados pueden dedicar tiempo a tareas de mayor valor estratégico. Por ejemplo, la IA puede devolver hasta un 40 % de horas de trabajo de tareas manuales.
- Mejor toma de decisiones: gracias al análisis de datos y predicción, las compañías pueden anticiparse al mercado, reducir errores costosos, personalizar ofertas.
- Nuevas formas de trabajo y roles: aparecen perfiles como “gestor de IA”, “analista de datos/IA”, “co‑inteligencia humano‑máquina”. Una investigación sobre equipos humano‑IA muestra que la delegación de tareas a IA puede mejorar el desempeño humano y la satisfacción cuando está bien diseñada.
- Inclusión de pequeñas empresas: al democratizarse herramientas de IA, pueden acceder a automatización antes reservada a grandes empresas.
Riesgos
- Desplazamiento o transformación de empleos: tareas que se delegan podrían conducir a la reducción de ciertos puestos, sobre todo aquellos basados en rutinas repetitivas. Según se estima, hasta un tercio de los empleos podrían transformarse significativamente.
- Brecha de habilidades: quienes no se adapten o no desarrollen competencias de supervisión de IA, análisis de datos, pensamiento crítico podrían quedar fuera.
- Sesgos, falta de explicabilidad y transparencia: los algoritmos pueden incorporar sesgos, y si no hay supervisión humana o explicación, pueden generarse injusticias. La guía española de algoritmos exige información a los trabajadores sobre decisiones automatizadas.
- Dependencia tecnológica y seguridad: confiar excesivamente en la IA sin fallos de respaldo humano puede ser riesgoso (fallas operativas, errores de interpretación, etc.).
- Deshumanización del trabajo o de los procesos: en servicios al cliente, selección de personal u otros ámbitos, delegar a IA puede generar experiencias frías, impersonales, que afectan la satisfacción de empleados o clientes (ver caso de entrevistas automatizadas problemáticas).
Escenarios posibles
- Escenario cooperativo (“co‑inteligencia”): la IA asume tareas definidas, los humanos se centran en supervisión, creatividad, empatía. Este escenario es promovido por expertos como el más deseable.
- Escenario de sustitución parcial: la IA reemplaza una proporción significativa de tareas, pero bajo supervisión humana limitada. Algunos empleos cambian de contenido o desaparecen.
- Escenario disruptivo mayor: la IA asume funciones muy amplias (selección, servicio, operaciones) y el rol humano se reduce drásticamente. Implicaría reconversión laboral masiva, nuevos modelos de empleo y probablemente tensiones sociales. Conforme a lo que plantea Sam Altman: “el despegue empezó”.
Aplicaciones concretas por industria
A continuación, vemos algunos sectores clave y cómo la IA está siendo aplicada para delegar tareas específicas.
Salud
- IA en análisis de imágenes médicas (radiología, dermatología) para pre‑filtrar casos, detectar anomalías y liberar al profesional para el diagnóstico y tratamiento. MAPFRE
- Automatización de reclamaciones, gestión de datos de pacientes, seguimiento de tratamientos, programación de citas.
- En el futuro, IA personalizada que modifique planes de salud, gestione flujos hospitalarios.
Educación
- Asistentes de IA que generan material de estudio, corrigen ejercicios, filtran preguntas frecuentes.
- Sistemas que analizan progreso de estudiantes, predicen riesgo de abandono, personalizan rutas de aprendizaje.
- Delegación: tareas repetitivas de corrección o soporte, permitiendo al profesor centrarse en mentoría, interacción humana.
Marketing y ventas
- Generación de contenido (borradores de posts, correos), segmentación automática de audiencias, recomendaciones de productos.
- Chatbots de atención al cliente, análisis de sentimiento en redes sociales, optimización de campañas en tiempo real (programática).
- Tareas delegadas: la IA gestiona campañas, informes, segmentaciones; el humano revisa, valida y aporta creatividad e intuición.
Desarrollo de software
- IA que genera código, realiza pruebas automáticas, genera documentación base, corrige errores comunes.
- Automatización de flujos de integración continua/despliegue continuo (CI/CD), optimización de infraestructura (DevOps).
- Tareas delegadas: más automatización de lo repetitivo, más enfoque humano en arquitectura, diseño, supervisión de IA.
Atención al cliente
- Bots y asistentes automatizados atienden preguntas básicas, filtran solicitudes, gestionan tickets.
- IA de voz para call center, reconocimiento de patrones, predicción de abandono.
- Tareas delegadas: atención inicial, soporte de primer nivel; el humano atiende casos complejos, emocionales, personalizados.
Legal y finanzas
- Automatización de revisión de contratos, análisis de cláusulas, generación de borradores legales.
- Auditoría de transacciones, detección de fraudes, cumplimiento normativo automático.
- Tareas delegadas: revisión documental, análisis de datos financieros masivos; el humano aporta juicio legal, negociación, estrategia.
Consideraciones éticas y legales
Cuando se delegan tareas a algoritmos, surgen múltiples implicaciones:
Transparencia y explicabilidad
La persona afectada por una decisión automatizada (por ejemplo, selección de personal, asignación de tareas) debe conocer que se está usando IA, cómo funciona el algoritmo, qué variables se consideran. En España, la guía “Información algorítmica en el ámbito laboral” señala que las empresas deben informar sobre el tipo de tecnología, variables, intervención humana.
Sesgo y equidad
Si los datos de entrenamiento o los criterios del algoritmo están sesgados, la IA puede perpetuar o agravar desigualdades (género, raza, edad, etc.). Supervisión humana y auditoría algorítmica son esenciales.
Privacidad y protección de datos
La IA implica procesamiento masivo de datos, perfiles, decisiones automatizadas. Hay que cumplir con regulaciones como el RGPD (Europa) u otras leyes de protección de datos.
Responsabilidad y supervisión humana
Aunque la IA realice la tarea, debe estar acompañado de supervisión humana, especialmente cuando el riesgo es alto (ejemplo: decisiones de salud, laborales, legales). El trabajo de investigación “Human‑AI Collaboration” encontró que la delegación a la IA mejora desempeño humano cuando existe supervisión y diseño adecuado.
Impacto social y laboral
La adopción de IA tiene implicaciones sobre el empleo, la naturaleza del trabajo y la distribución de beneficios. Es clave que haya políticas de reconversión profesional, educación continua y diálogo social para mitigar impactos negativos.
Conclusión
La inteligencia artificial en el trabajo ya está delegando tareas —desde las más rutinarias hasta las analíticas e interactivas— y redefiniendo los roles humanos. La clave no es tanto qué tareas pueden reemplazarse, sino cómo se organiza la colaboración humano‑máquina para que la IA complemente y potencie al profesional, no lo reemplace de forma indiscriminada.
Las empresas que sepan diseñar este equilibrio —delegando lo que corresponde a algoritmos pero conservando lo que requiere juicio, empatía y contexto— estarán mejor posicionadas para la productividad, la innovación y el bienestar laboral. Los profesionales que desarrollen competencias de supervisión, interpretación, creatividad y ética tendrán ventaja en este nuevo escenario.
En definitiva: la IA no es un sustituto del trabajo humano, sino una herramienta que está cambiando cómo trabajamos. Aprovecharla bien es un reto y una oportunidad.
Preguntas frecuentes sobre el uso de la inteligencia artificial en el trabajo
¿Qué tipos de tareas se están delegando a la IA en el trabajo?
Generalmente tareas repetitivas, de entrada de datos, generación de informes, atención básica al cliente, análisis de grandes volúmenes de datos y predicción de eventos.
¿La IA sustituirá los trabajos humanos?
No todos los trabajos ni todas las tareas. Más bien se transforman. Muchas tareas quedan para humanos (creatividad, empatía, juicio) mientras que la IA asume labores más mecánicas o de volumen.
¿Qué habilidades se volverán más importantes para los trabajadores?
Habilidades como supervisión de IA, interpretación de resultados, pensamiento crítico, creatividad, gestión de excepciones, ética, comunicación y colaboración humano‑máquina.
¿Qué deben considerar las empresas al delegar tareas a la IA?
Aspectos como la calidad de los datos, la gobernanza algorítmica, la transparencia, la supervisión humana, la formación del personal y los efectos sociales laborales.

