- María López Fernández
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Introducción
El gobierno australiano presidido por el Anthony Albanese y liderado legislativamente por la ministra de Justicia y Abogacía General Michelle Rowland ha tomado una decisión significativa: rechazar la propuesta de crear una excepción al copyright que permitiría a las grandes empresas tecnológicas usar contenido protegido para entrenar modelos de inteligencia artificial (IA) sin compensación de los creadores.
Contexto histórico
En agosto de 2025, a través de su informe interino, la Productivity Commission de Australia consideró la introducción de una excepción de “texto y minería de datos” (TDM, por sus siglas en inglés) que permitiría a los desarrolladores de IA acceder a obras protegidas sin el consentimiento explícito de los titulares de derechos.
Sin embargo, ante la fuerte reacción de la industria creativa australiana —autor@s, músicos, cineastas, diseñador@s— el gobierno Laborista dio marcha atrás. El 26-27 de octubre de 2025, la abogada general Michelle Rowland afirmó que no se avanzará en el TDM como excepción al copyright.
Esta decisión se enmarca en un momento de expansión global del uso de IA generativa, entrenada a menudo con datos masivos que incluyen textos, imágenes, música y vídeos protegidos por derechos de autor, lo que ha generado debates sobre compensación de creadores, transparencia y control.
Análisis experto

¿Qué significa esta decisión para la industria tecnológica y creativa?
Para los creadores, la medida es una victoria clara: mantiene su derecho a que sus obras sean licenciadas antes de ser utilizadas en modelos de IA. Como señaló la industria editorial australiana, la decisión “proporciona mayor certeza a los editores, autores e ilustradores acerca de protegerse frente al uso no autorizado de su contenido”.
Para las grandes tecnológicas, representa un freno operativo: no pueden asumir que tienen vía libre para usar contenido protegido sin considerar licencias o acuerdos con titulares de derechos. Esto podría implicar mayores costes, complejidad operativa y retrasos en el desarrollo de modelos entrenados con datos locales.
Implicancias clave
- Licenciamiento e ingresos para creadores: Al descartar la excepción, Australia abre el camino para que los titulares de derechos negocien licencias específicas para que sus obras sean utilizadas en IA.
- Transparencia en los procesos de IA: El debate también incluirá la obligación de que las empresas de IA revelen qué contenido utilizaron para entrenar sus modelos, cómo lo licencian y qué términos aplican.
- Marco regulatorio prudente para la IA: La decisión evidencia que Australia no se lanzará de lleno a liberalizar el uso del contenido para IA sin antes definir mecanismos claros de protección de derechos.
- Competitividad internacional vs protección local: La TDM propuesta había sido promovida como vía para desbloquear inversión extranjera en IA (valorada en hasta ~US$ 116 miles de millones según la Productivity Commission).
Pero la prioridad del gobierno ha sido proteger a sus industrias creativas y cultura.
Riesgos y desafíos
- Riesgo de ralentización de desarrollo de IA: Si las empresas tecnológicas encuentran costoso el licenciamiento de contenido local, podrían trasladarse a jurisdicciones más laxas, o desarrollar modelos sin datos australianos, lo cual podría limitar su capacidad de operación local.
- Complejidad en la negociación de licencias: Crear un sistema ágil y rentable de licencias para contenido creativo usado en IA no es trivial: requiere definir qué tipo de uso es permitido, tarifas, trazabilidad, derechos de autor cruzados, etc.
- Desigualdad de poder negociador: Las grandes empresas de IA tienen ventaja sobre creadores individuales; asegurar que los artistas, autores e ilustradores tengan voz real en los acuerdos es clave.
- Desafíos internacionales y de jurisdicción: Aunque Australia proteja su contenido, los modelos pueden entrenarse en otros países. ¿Cómo se controlará el uso transfronterizo de contenido protegido para IA?
- Innovación vs derechos de propiedad: Existe tensión entre estimular la innovación en IA y preservar derechos de propiedad intelectual: encontrar el equilibrio será esencial.
Datos y fuentes
- El informe de la Productivity Commission estimó que un desbloqueo regulatorio para IA vía TDM podría aportar hasta US$ 116 miles de millones a la economía australiana en diez años.
- La declaración de Rowland que “no se dará soporte a una excepción de texto y minería de datos” para IA fue reportada por la ABC News.
- La industria editorial australiana señaló que esta decisión “es un resultado de bienvenida” para autores, ilustradores y creadores de contenido.

Consideraciones éticas y legales
- Es esencial proteger los derechos morales y económicos de los creadores mientras se permite que la IA evolucione. No se trata sólo de dinero, sino de reconocimiento, trazabilidad y control de uso.
- La transparencia de datos usados para entrenar IA —etiquetas de entrenamiento, lista de fuentes, porcentajes de contenido licenciado— puede convertirse en requisito regulatorio para evitar explotación encubierta.
- Debe contemplarse la equidad: los creadores individuales y colectivos (incluyendo comunidades indígenas cuyos derechos culturales podrían verse afectados) deben tener mecanismos de participación y compensación justos.
- Las normas de copyright tradicional no fueron diseñadas para IA generativa, por lo que la adaptación regulatoria debe mantener la protección sin sofocar la innovación.
- La cooperación internacional será crítica: los modelos de IA son globales, y un país sólo protegiendo su contenido puede verse en desventaja si otros lo dejan sin protección.
Video recomendado: El gobierno australiano protege el copyright frente a la IA
Cierre y conclusión
La decisión del Australian Labor Party de no permitir un acceso gratuito para grandes tecnológicas al contenido protegido con el fin de entrenar IA marca un momento de inflexión en la forma en que los gobiernos abordan la intersección entre IA, propiedad intelectual y creatividad. Australia ha dicho claramente que innovación no significa explotación.
El desafío ahora será construir un marco regulatorio dinámico que permita que la IA siga avanzando —y que Australia siga representando un entorno competitivo para su desarrollo— mientras garantiza que creadores, autores y artistas no queden al margen del beneficio que sus obras aportan.
Para las empresas tecnológicas, el mensaje es claro: si quieren entrenar modelos con contenido australiano, tendrán que negociar, licenciar y respetar los derechos de los creadores. Y para los creadores: esta puede ser una oportunidad para que su trabajo sea parte de nuevos modelos de IA, con negociación y compensación justas.
Preguntas frecuentes sobre la decisión de Australia frente a IA y derechos de autor
¿Qué es lo que exactamente ha rechazado el gobierno australiano?
Ha descartado permitir una excepción de texto y minería de datos (TDM) que habría permitido a desarrolladores de IA usar obras protegidas sin licencia para entrenar modelos.
¿Por qué es importante para los creadores australianos?
Porque asegura que sus obras no puedan ser usadas sin compensación en modelos de IA, y mantiene la vía de licenciamiento como opción para su explotación.
¿Qué implicaciones tiene para las grandes tecnológicas que entrenan IA?
Que deben negociar licencias o buscar vías legales para usar contenido protegido dentro de Australia, lo que puede aumentar costes o complejidad.
¿Esto frenará el desarrollo de IA en Australia?
Puede generar desafíos en licenciamiento, pero el gobierno señala que no busca frenar la innovación, sino encuadrarla con derechos de autor.
¿Qué sigue ahora en términos regulatorios?
El gobierno convocó al grupo de referencia “Copyright & Artificial Intelligence Reference Group (CAIRG)” para explorar modelos de licenciamiento, transparencia y regulación del uso de contenido en IA.

